Aprender, descubrir

Y aprendió que los nimios detalles son los que conseguían estremecerlo. Aquellos que ocurren casi por casualidad, como si fuesen segundos que vuelan delante de nuestras narices. Descubrió que la libertad también está en agarrarse fuerte para no caer; en sentir el viento en la cara y aguantar el corazón para que no se desboque a causa de la velocidad. Luciérnaga