Me da para un poema

- Creo que me da para un poema.
- ¿Qué, qué te da para un poema?- me pregunta con cara de no saber ni de lo que hablo.
- La respuesta que acabo de hilvanar - respondo abriendo el bloc de notas de mi teléfono.

Permanece callado, inmutable, quizá incluso perplejo ante mis urgencias literarias. Mientras tanto, sin dejar de regodearme en esa expresión atónita y desesperada, continúo escribiendo.

- Deberías responderme, ¿sabes?- exclama un poco desesperado ante mi ausencia.¿Por qué dices que ahora tienes incluso más ganas de hablar conmigo si te has puesto a escribir en el móvil?

- ¡Anda, lee y calla!- le digo extendiéndole mi teléfono.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

"La maestra", de José Antonio Lucero

"La hora violeta", de Sergio del Molino

“Mosturito”, de Daniel Ruiz