Este profesor de Geografía e Historia es, además, un estupendo narrador. Las dos ocasiones en las que lo he leído, el resultado ha sido el mismo: emoción contenida a lo largo del relato que se desborda en un final que cierra el círculo. En esta ocasión nos cuenta la historia de dos maestras andaluzas durante los último años de la República. Ambas, Juana y Lali, tienen que vivir el presidio y los sinsabores de una guerra llena de atrocidades que, además de las quita su sustento, su modo de vida, su forma de entenderla: la docencia. En la historia aparecen personajes que son fruto de la imaginación del autor, pero también reivindica y denuncia los experimentos de Vallejo-Nájera en la cárcel de Málaga a través del hilo narrativo y de la aparición de Cleme, el ayudante de este que se desvinculará de la Falange por completo, tanto por convicción como por amor. De otra parte, Alba es una joven abogada que, a principios de los 70, contacta con Lali y consigue que recurr...
Violeta es una chica de dieciséis años que, en plena Dictadura, tiene que entrar a vivir y trabajar en el taller de doña Carmen. Se trata de una chica muy observadora, pero inocente en el fondo. De modo que va descubriendo los trajines nocturnos que, en esa casa llena de mujeres, se producen. Doña Carmen la defiende y protege de todo, al igual que el resto de compañeras. Violeta comienza un aprendizaje que le acompañará el resto de su vida y, mediante el cual sobrevivirá en la España de represión que le ha tocado en suerte. Se trata de la novela Ganadora del XXVI del Premio Novela Universidad de Sevilla. Merecidísimo galardón, ya que plantea una situación encubierta (el barro), durante la represión franquista, en muchos rincones de España; y lo hace a través de los ojos dulces e inocentes de Violeta.
Esta es la segunda novela que leo de la japonesa Michiko Aoyama. Ambas tienen en común la confluencia de historias diversas unidas por un lugar y un personaje. En este caso las historias se unen gracias al maestro y su café, que más que un local es un refugio. Tanto el encargado como los diferentes clientes; una profesora sin ilusión, una escritora de cartas en inglés, un publicista todoterreno, buscan un gesto o una palabra amable que los reconduzca en sus caminos. Lo encuentran, sí, pero la reflexión a las que nos lleva la autora es que esas palabras y gestos vienen de ellos mismos, más que del exterior.
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