"Lolita", de Vladimir Nabokov


Tenía esta novela pendiente desde que en la pandemia me dio por leer la colección de Elísabet Benavent sobre "Valeria". Soy una lectora compulsiva, pero en ese aciago 2020 leí mucho, muchísimo. Tenía lecturas más livianas y lecturas más densas, dependiendo de cómo estuviera mi ánimo en el transcurso del día. Sumergirme en las páginas de un libro me hacía más libre que nunca. No quería escuchar nada de "Estado de alarma, vacunas, dosis, desabastecimiento..."; y los libros eran un buen recurso. Lo curioso es que solo recuerdo haberme leído esta saga y "Cien años de soledad", pero sé que leí mucho más. 


Pues bien, la protagonista de Benavent, Valeria, regala esta novela a Víctor. Y este, a su vez, cita el comienzo de la novela en un brindis por una amiga común de ambos que se llama Lola: "Lolita, luz de mi vida, fuego de mis entrañas". He de reconocer que he visto varias veces las cuatro temporadas. Me gusta, me entretiene, me envuelve con sus tonos pastel, sus armarios repletos y sus historias de amor y sexo. Y por eso, tras ver por segunda vez la cuarta temporada, me dije "hay que leer a Nabokov". 

Así que me subí en el coche de Humbert y me lancé a recorrer Estados Unidos sin saberlo. Y es que esta historia es una novela de viajes, claro que sí. Y también es una novela de sentimientos, para nada edulcorados con tonos pastel, pero tampoco cayendo ni en lo sórdido ni en lo chabacano. Se trata de una narración de intriga, de suspense, porque constantemente tienes la desazón de lo que quiere hacer Humbert con Lo. Y lo cierto es que, aunque hay ocasiones en las que te repugna, encuentras un sentimiento puro e inevitable que lo conduce a todo ello. Nabokov consigue que un depravado a todas luces, nos cause en más de una ocasión ternura. 

Lo cierto es que tras leer "Lolita" no acabo de ver la importancia de la misma en la historia de "Valeria". Es, simplemente, un libro que le regala a su amante y del que este es capaz de citar un fragmento, el principio de hecho. Podría haberle regalado cualquier otro, la verdad. Aunque si así hubiese sido, yo no me habría sumergido en esta historia que para nada me ha dejado indiferente. 

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