Capullo

- Tío, nunca confíes en una tía que es incapaz de cumplir lo que promete- lo dijo mientras terminaba de liarse el cigarrillo.

Se quedó pensativo, sin saber muy bien que responder. Cogió su caña y dio buena cuenta de ella de un solo sorbo.

- ¿Qué coño te ha pasado ahora? - preguntó finalmente,dispuesto a escuchar los reproches de su amigo acerca de su novia.
- ¡Lo de siempre! Que parece que sí pero no- aspiró profundamente el humo de su cigarro ya encendido.
- Yo ya no confío en ninguna. Y, mira, eso que me ahorro.
- ¿No dijiste que estabas conociendo a alguien?- se notaba el tono casi jocoso.
- Sí- afirmó tajante- pero resulta que no cumple lo que promete.
- ¿Y qué prometió?

Se quedó pensando la respuesta de nuevo; quizás dándose cuenta de la estupidez de sus planteamientos. Aún así, contestó como un niño de Primaria enfurruñado.

- Me dijo que no me hablaría si no lo hacía yo antes.

Su amigo, el desconfiado, comenzó a reírse como si no hubiera un mañana.

- ¿Te ríes?- la pregunta era casi una amenaza.
- ¡Sí! Me río de ti. Porque en esas, capullo, en esas es en las únicas en las que se puede confiar.

Luciérnaga

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