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Mostrando entradas de junio, 2019

Viaje espacial

No me esperes porque no voy a llegar. Por más que corras, aunque quieras alcanzarme con todas tus fuerzas; no llegarás a mí. Soy un sueño, de esos que llaman inalcanzable. Y solo se trata de kilómetros: yo estoy en la orilla y tú andas en la Luna. Luciérnaga

ESCRIBIENDO

Sus pasos lo llevaban distraído en el camino de vuelta de casa. Le encantaban esos días frescos del principio del otoño cuando se puede caminar sin apenas abrigo pero respirando ya la frialdad de la noche. Sus pulmones se llenaban de aire limpio, o eso creía él, en medio del bullicio de la ciudad. Pensaba en mil cosas y en nada. Quizás en qué podía tomar de cena. Una bicicleta se cruzó en su camino sin ni siquiera frenar, detuvo en seco su paso, miró a un lado y a otro y continuó su paseo de vuelta. En realidad, había poca gente por las calles. Cuando llegan estas noches nos amoldamos a nuestros sofás y dejamos la calle para cuatro bohemios, como Ale, a los que les gusta disfrutar de esa soledad fingida. Llegó a la avenida que tenía que cruzar para llegar a casa. En ella,al menos, se notaba densidad de tráfico a esa hora por la vuelta a casa. Estaba esperando a que el semáforo cambiara a su favor cuando, de repente, vio a una chica en el lado contrario. Esperaba subida en su bicicle

Paso firme

Caminaba de forma decidida, rápida. Creyendo que pisaba en firme, quizás era la vez que más segura de sí misma estaba. Todo lo tenía en orden: lo que necesitaba, lo que no, lo que tenía, aquello que no quería... ¡Todo! Pero, a veces, nuestros pasos no dependen solo de nosotros. Y esto es algo que se nos olvida. Las calles. Las calles no son solo nuestras. No somos los únicos transeúntes. Puedes cruzarte con alguien que te haga virar, cambiar de rumbo o que, simplemente, haga que te detengas. Puedes parar un rato y seguir tu camino; caminar con esa persona... ¡Ah, las calles! Las calles son libres y ofrecen libertad; por eso su gente va y viene como y cuando quiere. Y por eso, ella muchas veces había dejado a gente atrás o en la acera; algunos, incluso, en la misma carretera. En otros momentos, había decidido cambiar de calles, de plazas, de ciudad... Y era, justo en ese momento, en una calle nueva de una ciudad nueva cuando su paso firme se vio trabado por un socavón en la calle. Se