La lengua no solo es un músculo

El personaje de Amaia Salazar tiene vida propia. Dolores Redondo ha conseguido lo que todo buen escritor ha de lograr: construir un personaje, que bien podría ser un conocido, con quien poder cruzarnos en cualquier momento.  En esta novela, la autora intercala la historia de Amaia con doce años y la de Amaia con veinticinco. Esta segunda historia nos traslada a Nueva Orleans, donde la subinspectora Salazar se convierte en una pieza clave para resolver una serie de asesinatos pertrechados a lo largo de los años. Además, todo esto se produce en pleno Huracán Katrina en 2005. Uno de los huracanes más destructivos de los últimos tiempos. Pero no todo lo arrasado tiene que ver con el huracán. Amaia se enfrenta a la muerte de su padre y a todos los recuerdos que en ella despierta. Hace frente a enamorarse en el lugar y momento incorrectos. Se sitúa, en la cara norte del corazón,  del suyo. 

 Novela a la que he vuelto por cuarta vez y no creo que sea la última. El año pasado me regalé esta edición ilustrada por Riki Blanco, que es una verdadera delicia. Quería tenerla y disfrutarla, redescubrirla también a través de los ojos del ilustrador… ¡Y así ha sido! Zafón ha sido uno de los grandes narradores del siglo XX. Su obra permanecerá durante mucho tiempo. No son pocos los alumnos que disfrutan con su literatura juvenil e, incluso, algunos se internan en el Cementerio de los libros olvidados.  He reído con Fermín de Romero de Torres de nuevo. Es un personaje tan entrañable y tan crítico a un tiempo, que no deja indiferente. Con cada lectura puedes llegar a descubrir nuevos aspectos, críticas mordaces o sentencias firmes en sus disquisiciones.  En esta re lectura, Bea Aguilar ha conseguido caerme bien desde el principio. Algo que no me ocurrió en mi lectura adolescente ni en las anteriores. Ha sido el descubrimiento de esta lectura. Un personaje que evoluciona en el silencio,