"El síndrome de Bergerac. Una comedia heroica", de Pablo Gutiérrez


La lectura de esta novela, justo una semana después de haber estrenado nuestra "Casa de Bernarda Alba", ha sido un cúmulo de sensaciones encontradas. Cuando la obra se pone en escena, todo cobra sentido, todas las piezas encajan. Acompañar a Velia, Vélez, Claudia, María, Connor y el resto de miembros de la "Hermandad de la Gran Nariz", ha supuesto terminar de "armar el rompecabezas". 

De una parte, veía a mis alumnos reflejados en la evolución de los chicos de la novela. Podía sentir sus miedos, inquietudes, descubrimientos... Sin embargo, el texto me ha hecho recapacitar sobre sus sentimientos más escondidos. Esos que, como profesora, intuyes, pero nunca sabrás con exactitud. Y por eso son tan mágicos.

La historia gira en torno a ellos: alumnos/actores, adolescentes que adolecen de la propia adolescencia. Y, relegada -creo que adrede- a un segundo plano, queda Lupe. Una profesora de LUN (Libertad Universal o Literatura Universal, sinónimos son) que se implica con ellos, pero los deja ser libres, los guía y siempre permanece entre bambalinas. 

Ojalá ahora quieran leer esta novela de Pablo Gutiérrez y sientan como he podido sentir yo. Ojalá, dentro de unos años recuerden este proyecto como una experiencia que les marcó. Ojalá este sea el principio de una relación duradera: la de ellos con el teatro,  con la literatura, con el arte. 

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