“Los vencejos”, de Fernando Aramburu

 Toni, un profesor de Filosofía cansado de la rutina, decide ponerle fin a su vida. Para ello, llega a un acuerdo con su amigo “Patachula”, que se suma a esta iniciativa, fijando una fecha en el calendario. 

Lo adicto de esta novela no es el hecho de saber que el protagonista escribe porque piensa suicidarse, sino el modo tan elocuente, a la par que sarcástico, en el que Toni relata los acontecimientos más importantes de su vida. Son constantes los saltos temporales, ya que no sigue un orden preestablecido. Nos va contando lo que le parece, porque narra a fuerza de impulsos, de acontecimientos de su día. 

En la historia, Toni no está solo, aunque a veces preferiría estarlo. Algunos de sus acompañantes son: Amalia, Raúl, Águeda, Pepa (su perrita), Nikita (su hijo) y Tina. De quienes no revelaré nada en concreto porque cada uno encierra un mundo apasionante en la novela. 

Se trata de una historia que te atrapa desde las primeras páginas, donde reír y llorar se dan la mano; donde lo irreverente y los pensamientos más despreciables, se acompañan; como también lo hacen las emociones más puras. 

Es una historia que hay que leer. Aramburu es un autor contemporáneo imprescindible. 









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