Nueva normalidad

Ahora, que constantemente hablamos de fases, de desescaladas, de nueva normalidad; ahora, y justo ahora, es cuando debemos plantearnos muchas cosas.

Sí, reconozco que el confinamiento ha sido una putada (y de las gordas). Hemos visto nuestras vidas "paradas". Y sí, entrecomillo este verbo porque no se nos "ha detenido la vida", simplemente hemos tenido que aprender a vivir de forma más pausada, más lenta. A veces, ha sido y está siendo, más estresante, en el caso del trabajo, porque estamos acostumbrados (al menos en mi caso) a trabajar en equipo, al trato humano constante. Y eso, desde casa, se hace más difícil pero no imposible.

Desde mi experiencia, no he tenido ninguna etapa pesimista en este tiempo. Creo que, desde la soledad de esta cuarentena, he aprendido a convivir conmigo misma. Y ya vivía sola, pero es que ahora he tenido que aprehender a vivir sin gente. A que mis relaciones sean a través de las pantallas y, hasta eso, se ha convertido en algo monótono, quizás. No digo que no me alegre saber de los míos y saberlos bien. Me refiero a que no ha sido complicado adaptar la situación a cómo era mi día a día antes.

Puede que nos queden seis semanas, ocho o... ¡vaya usted a saber! Pero desde estas líneas, que no pretenden ser más que una reflexión para mí, os animo a que penséis el partido que le habéis sacado y le estáis sacando a esta situación. Siempre teniendo en cuenta los factores que nos rodean y nuestra actitud del día a día.

Cada vez que escucho "nueva normalidad" me imagino un mundo paralelo, como en los vídeo juegos; intentando hacer una broma de todo esto. Sin embargo, esta "flamante nueva normalidad" también puede convertirse en una oportunidad. Imaginemos que estamos poniendo el contador a cero, que vamos a empezar de nuevo pero sabiendo todo lo que sabemos ya. Vamos a aprovechar que el tiempo nos ha dado un descanso. Y vamos a darle al tiempo la importancia que se merece, sin hacer planes a largo plazo, dejándonos llevar más por nuestros sentimientos y por lo que queremos hacer. Siendo consecuentes con nosotros mismos y empáticos con quienes nos rodean. Comencemos una cuenta atrás que nos permita seguir caminando en la normalidad que se establezca como prioritaria, pero siempre teniendo como normal ser felices.

Luciérnaga

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Mujeres que compran flores", de Vanessa Montfort

"Las hijas de la criada", de Sonsoles Ónega

"El infinito en un junco", de Irene Vallejo.