Despedida

“Y la semana que viene repasaremos de nuevo el género lírico”. De repente, el ruido de vibración del teléfono sobre la mesa, me sobresaltó. Era una llamada desde casa de mis padres. Salí al pasillo y se me cayó el alma a los pies, escuchando el llanto desconsolado de mi hermana. 


Tan solo me dio tiempo a coger un colgante con una moneda inserta. Me lo puse a a modo de pulsera y arranqué el coche. El trayecto fue tedioso. Me costaba concentrarme en la carretera. 


¿Quién iba a decirme que pocas horas después estaría en el cementerio sin ser aún la hora del entierro? Nadie. Jamás. 


El sonido de una maza derribando un pequeño tabique hizo que se me erizara el vello de la nuca. Era el sonido de un despertar bronco, a destiempo. Cada trozo de madera se desprendía como si aquel ya no fuera su lugar y, efectivamente, no lo era. Todo estaba preparado, como quien espera una unión vacua. Ver la finitud de lo físico, me hizo aferrarme a la idea, más bien consoladora, de un más allá. 


De vuelta a la cristalera, observo diez rosas rojas en las que no me había fijado antes. En realidad, las vi, pero no como en este momento. Al llegar, cada una de esas rosas emergían desde los ojos cansados y vidriosos de mis hermanos y mis primos. Las mascarillas destacaban mucho más la tristeza que estos desprendían. Y, a kilómetros de distancia, la inocencia comenzaba a verse manchada por un baño de realidad azucarado. 


La quietud de la noche me dejó en un estado semivigilia, que me permitió ser consciente del tiempo, de la brevedad de un llanto, de una risa, de la vida, en definitiva. 

Una noche de acompañarnos unos a otros. Los que nos quedamos al pie de la cristalera, velando por el bienestar del otro; y los que se fueron a casa, que ya habían velado muchas noches antes, cargando, sin saberlo, con el peso de una vida que se despedía poco a poco. 



Libélula














Comentarios

  1. Qué bonito todo lo que escribes, prima, en especial este texto me ha dejado con un pellizco en el pecho. Nunca muere quien es recordado, ya sabes ❤

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    1. Gracias, bonita. Las palabras son mis gestos y este es para vosotros.

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