Después

 Después, más tarde, luego, en un rato... Postergamos las cosas demasiado. A veces, puede ser porque queremos deleitarnos en el hecho de alargarlas en el tiempo, porque sí porque necesitamos sentir que disfrutamos al máximo. Otras, quizás estemos mostrando una gran cobardía ante la situación. Es más sencillo escribir un "después" que echarle valor y arrancar de cuajo todo lo que queda. 

Pensamos en nosotros mismos y no en quien espera esa llamada postergada. Esa persona que, por mera intuición, ya sabe qué se le va a decir aunque duela, aunque forme un nudo en su garganta que empieza a vaciarse por los ojos.


Luciérnaga

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