Salud, literatura y carnaval

El comienzo del año me lanza a escribir. A punto estuve de hacerlo antes de acabarlo, pero no me gusta escribir cuando no me siento del todo bien, y no lo estaba. - ¿Ahora sí lo estás? Pues creo que no, aún no, aunque veo las cosas con las gafas adecuadas, con las que tenía guardadas y no sacaba. Durante mucho tiempo me he aferrado o a verlo todo con claridad o a quitarme las gafas y verlo todo borroso. Como digo, en un cajón desastre tenía las lentes que el momento requería. 

 Y tampoco hay que darle todo el mérito a las gafas. La gente a mi alrededor me ha hecho reaccionar de un modo u otro. Mi familia entendiendo que necesitaba llorar y refugiarme en ellos; algunos de mis amigos respetando mis silencios o mis pocas palabras; la gente en redes haciéndome reír y animándome; y un largo etcétera. 

 La lectura ha acabado por darme nueva perspectiva, con "El caballero de la armadura oxidada": "Cuando aprendáis a aceptar en lugar de esperar, tendréis menos decepciones" es una de las frases que he sacado de mi lectura de estos últimos días. Es algo que tengo que aplicarme, sin embargo, siempre espero, creo que todos esperamos algo de alguien, de una situación... No sé, es complicado. Y aquello de "solo podéis amar a otros en la medida en que os amáis a vos mismo". Totalmente cierto, y yo me amo, aunque creo que no lo suficiente porque en muchas ocasiones mendigo la atención que en realidad merezco. Solo me queda aceptar que si no me la dan aquí será porque aquí no es. 

 De modo que, así, partiendo de estas breves reflexiones, empiezo un 2021 que estará repleto de todo aquello que tenga que pasar; y, además, "tengo los carnavales para que no se pare mi corazón".

 ¡Salud, literatura y carnaval! 


  Luciérnaga

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