“La primera mano que sostuvo la mía”, de Maggie O´Farrel
Una novela cargada de cuadros sensoriales. La autora consigue, con una maestría abrumadora, penetrar en los pensamientos más recónditos de sus personajes. Nos muestra lo más visceral de ellos; las sensaciones más profundas y, a veces, vergonzantes. En definitiva, hace un recorrido por todo aquello que, en la mayoría de los casos, nos da pudor ahondar.
Maggie crea una red de personajes interconectados; y, como lectores, sentimos esa conexión desde el principio de la novela, pero no dejamos de leer cada historia como vidas cruzadas y no conectadas.
Se trata de una visión humana sesuda y bien construida, que te va imbuyendo como si no quisieras nunca llegar al final.
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