En el paseo marítimo (cortito y al pie)


Tres días llevamos ya pudiendo salir a "movernos". ¿Quién nos iba a decir, hace apenas unos meses, que nos iban a tener que autorizar para hacerlo?

Al principio pensé que esta situación iba a producirme agobio, teniendo en cuenta que aún lo paso mal cuando tengo que ir a hacer la compra. Dicen que, a todo se acostumbra una; pero nada más lejos de la realidad, a esto no me acostumbro. Me gusta ver la cara de la gente, sus gestos, sus expresiones y es imposible cuando te metes en pasillos atestados de personas "enmascaradas" que presentan la misma incertidumbre que tú.
Creo que, precisamente por esto, no me agobia ir por el paseo marítimo. La mayoría de las personas van sin mascarilla y, por impopular que resulte, para mí es todo un alivio. La gente sonríe, se siente bien. Se trata de un momento del día "nuevo".

A algunos se les pasará lo de salir a hacer un poco de ejercicio, otros seguirán como lo hacían antes. Yo continúo porque respiro aire limpio y porque comparto, sin palabras, la felicidad de algo tan simple como estar en la calle y sabernos bien.

Luciérnaga

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Mujeres que compran flores", de Vanessa Montfort

"Las hijas de la criada", de Sonsoles Ónega

"El infinito en un junco", de Irene Vallejo.