Realidades

El estado de alarma lo ha alterado todo. Nuestra independencia o nuestra dependencia envolvían nuestras vidas, como si se tratase de un halo de protección con el que nada ni nadie podía afectarnos. Solo lo que nos rodeaba, lo controlásemos o no, era el marco general de nuestras vidas.

Hoy, la realidad es otra. ¡Tal cual! Una realidad muy cambiada pero a la que hemos tenido que adaptarnos; y seguiremos haciéndolo porque esto no se ha acabado.

Podríamos pensar que, cualquier cambio que se haya producido en nuestras vidas durante este confinamiento, pudiera parecer ficticio, idílico, pasajero... ¡No sé! Cada cual sabe su situación. Mi opinión es que los cambios pueden ser tan pasajeros o tan permanentes como uno decida. Si ese nuevo hábito, si esa nueva coincidencia/casualidad, te hace bien: ¿por qué no darle continuidad?

La capacidad de decidir qué queremos en nuestras vidas y qué no, no se ha visto mermada con esta cuarentena. Al contrario, somos capaces de discernir con más claridad qué es aquello que se queda y qué es eso que no estaba y no ha estado, por decirlo de algún modo. O incluso, dejar atrás aspectos que no nos favorecían. Hay tiempo de pensar, de reflexionar, de mirarnos de forma introspectiva; y así, descubrir lo que nos gritamos desde lo más hondo de nuestro ser.

Luciérnaga

Comentarios

Entradas populares de este blog

"Mujeres que compran flores", de Vanessa Montfort

"Las hijas de la criada", de Sonsoles Ónega

"El infinito en un junco", de Irene Vallejo.