"El sueño del gramático. La aventura humanista de Elio Antonio de Nebrija", de Eva Díaz Pérez

 "Me emociona que mi profesor de lenguas clásicas coincidiera conmigo en una novela sobre aquella España del humanismo. Pero la muerte impidió que concluyera ese hermoso proyecto. Esta novela está dedicada a su memoria".  Estas son las tiernas palabras que la autora dedica a su profesor de griego, Antonio Jiménez Casero. Y me ha parecido tan emocionante que no he podido evitar plasmarlas aquí. 

Eva Díaz Pérez es, además de periodista y escritora, la directora del Centro andaluz de las letras. Hecho que destaca por la difusión tan preclara que lleva a cabo en la novela sobre la importancia de Andalucía. Y no podía ser de otro modo, cuando lo que ofrece al lector es una ficción histórica de la vida de Nebrija, o por mejor decir, Nebrissa. 

"El sueño del gramático" reconstruye la labor de Elio Antonio de Nebrija dentro del Renacimiento español. Ofrece al lector una visión de lo que supuso este movimiento para la cultura y el devenir histórico. Todo ello, ensalzando no solo la figura de nuestro renombrado y desconocido gramático, sino también la de muchos personajes, obras de arte, momentos, etc. 

No puedo obviar la carga feminista que la autora vuelca en la novela, sobre todo en el personaje ficticio de Francisca de Nebrija. A través de esta mujer, que pudo haber existido, defiende y destaca a mujeres humanistas que pudieron brillar y que no lo hicieron hace cinco siglos. Mujeres que se veían reflejadas en sus antecesoras latinas. Y con ello, me permito elucubrar que, Díaz Pérez, nos muestra a las que fueron los cimientos de la figura de la mujer en la cultura actual.

Es innegable la ingente labor de investigación de Díaz Pérez, así como su buen hacer literario. Ya que recrea el momento histórico de forma tan magistral que no nos deja dilucidar lo que es real, de lo que no; lo que ha tomado de los libros, de lo que sale de su inventiva. 

La novela culmina con un fabuloso epílogo en el que la autora se recrea en datos, bibliografía, experiencias... Y en el que el lector puede empaparse de saber y de curiosidad. ¿Se le puede pedir más a una novela histórica?